Exposición LA COMPAÑÍA DE LA CIMA, (la Compagnia della Cima), Meeting Rimini, panel 1, para nosotros ir a la montaña es sobre todo un descubrimiento: de valles, cimas, paisajes, flores… que no hemos hecho con nuestras manos. Toda la realidad es para nosotros: el signo de una Belleza que nos atrae, que nos maravilla, que despierta preguntas.
Estas preguntas – como nos recuerda Luigi Giussani- “Son el tejido de la conciencia humana, de la razón humana y se despiertan en el impacto del yo con la realidad”.
Lo que sentimos lo expresa bien lo que nos dijo la guía alpina Pino Cheney: “Es la montaña que nos atrae, que nos cautiva, no somos nosotros quienes la vencemos”
La experiencia de ser compañeros de excursión, de cordada, ha consolidado en el tiempo una verdadera amistad y nos ha movido a servir, tanto acompañando en excursiones, como en vacaciones comunitarias, a grupos de jóvenes y adultos, y a comunicar lo que hemos aprendido.
Al igual que nuestras huellas en la nieve marcan una ascensión, del mismo modo el recorrido de la exposición que os invitamos a realizar con nosotros, esperamos que pueda dejar huella en vosotros.
Una breve nota histórica: la fecha que marca el inicio de la Compañía de la Cima es el 6 de junio de 2005, fecha de la subida al Rocciamelone, una bella cima de 3.538 metros que domina la Val di Susa en Piemonte. Es una montaña significativa, llamada hace tiempo Mons Romuleus, porque el 1º de septiembre del año del Señor de 1358, Bonifacio Rotario, de Asti, coronó su cima para cumplir un voto llevando consigo un tríptico mariano.
PANEL 2 DE VIAJE, MOVIDOS POR LA BELLEZA DE LA REALIDAD
Movidos por el atractivo que la realidad conlleva tenemos curiosidad por conocer, por vivir. Las montañas nos llaman a mirar hacia arriba y ante ellas sentimos tanto asombro, como deseo por subir a ellas.
Con la visita a la exposición haremos “un viaje” en alta montaña para conocer tanto la realidad que se nos ha donado como a nosotros mismos, un viaje que es paradigma de la vida.
En este viaje procederemos en sentido figurado, primero “de paseo”, después por vías alpinas de roca y hielo, unidos por la cuerda a los compañeros de escalada. Aprenderemos que “en cordada” nos podemos dar impulso mutuamente, ayudar, animar. En el viaje seguiremos a un “guía”, siempre de forma creativa, con toda la riqueza de nuestro yo, ¡porque el camino lo vamos a hacer nosotros!
Ante el espectáculo de la realidad, tanto en el recorrido como especialmente cuando alcancemos la meta, se impondrá un silencio cargado de sorpresa y maravilla. Sentiremos alegría y quizás “conmoción”, y en nosotros podrá florecer la pregunta sobre quién hace las montañas, los demás, mi yo; y la cordada para la cima se transformará en “para la vida”.
PANELES
ORACIÓN DE LOS INDIOS NAVAJO
Con vacío de hambre en mi yo camino,
ningún alimento podrá llenarlo;
Con vacío de espacio en mi yo camino,
nada podrá llenarlo.
Con un espacio de tristeza en mi yo camino,
nadie lo colmará.
Por siempre solo, por siempre triste camino,
por siempre vacío, por siempre hambriento camino,
con dolor de gran belleza camino,
con vacío de gran belleza camino.
Ahora con un Dios yo camino,
ahora muevo mis pasos entre las vetas,
ahora con un Dios yo camino,
a pasos de gigante, más allá de las colinas.
¿QUE BUSCAS EN LA MONTAÑA? “La belleza, porque veo el alpinismo como la síntesis de la belleza, de la intuición y del gesto atlético que traduce concretamente el pensamiento y la acción. Luego estaba la búsqueda de la felicidad, que más tarde se perdía una vez terminada la vía. Los alpinistas quizás no se dan cuenta, pero en ese ascender, intentando ir más allá, se vuelven ligeros, levantan el vuelo, repiten el gesto de Icaro”. Armando Aste
EL “VIAJE QUE LA BELLEZA INICIA en el corazón y en la vida del hombre tocado por ella, lo empuja, paso tras paso, hacia la felicidad para la cual está hecho y a la cual incansablemente vuelve a ser despertado por los signos que se le ponen delante una y otra vez a lo largo del camino”. Enzo Arnone
“En pocos lugares de la creación se revela tan espléndidamente como en la alta montaña la fuerza, la majestad y la belleza de Dios”. Papa Pio XI (Achille Ratti fue un valiente alpinista. En 1890 abrió en descenso la Vía italiana en el Mont Blanc)
PANEL 3 EN CAMINO SIGUIENDO UNA GUÍA
En montaña a veces se encuentran grupos de personas, más o menos numerosos, que proceden siguiendo a un guía en orden y en silencio, que “se esfuerzan”. Sorprende ver estas compañías que se ponen en camino, más aún cuando están formadas por jóvenes. Se comprende que su andar solemne está cargado de razones, que hay una apertura al significado último de la realidad.
En este sentido, se entiende bien lo que dijo Juan Pablo II en Aosta: “Las montañas son un desafío. Las montañas provocan a la persona humana, a los jóvenes, y no sólo a los jóvenes, a esforzarse para superarse a sí mismo. Cada uno de nosotros podría caminar por las calles, las plazas de nuestras ciudades con toda la comodidad, y viajar… sin embargo aquí en la montaña se viene para encontrarse con una realidad geográfica que nos supera y nos provoca a aceptar esta superación, a superarnos a nosotros mismos…
Esto es, la montaña nos habla de este gran problema humano: superarnos a nosotros mismos. Este es el camino, el camino espiritual, el camino de la vida cristiana, el camino que provoca, que desafía, que nos invita a cada uno de nosotros…”
A nosotros de la Compañía de la Cima, no nos interesa la performance, queremos ir a la montaña juntos, queremos gustar cada aspecto de la ascensión, percatarnos de cada cosa: desde la pequeña flor a la cima que surge de forma imprevista cuando se alcanza la colina. La belleza de la realidad nos atrae, nos asombra a nosotros y a nuestros amigos.
Subiendo a la montaña cambia la perspectiva y en cada giro significativo se ve algo que antes no se veía. Crece la experiencia de maravilla y la meta se acerca, parece que dijera: ¡estoy ahí para ti!
Mientras se avanza las palabras son pocas y a veces hay un silencio lleno de atención a toda la naturaleza que trepa hacia el cielo, y las personas con las que se camina en orden y con rítmica cadencia.
“Recuerdo que tras una larga subida con estudiantes de bachillerato en Mont Fortin, en el gran valle di Chavannes, al ver el Mont Blanc se generó un silencio lleno de sorpresa y de maravilla (la apertura de la vista al macizo montañoso sólo sucede al final, cuando se llega sobre la dorsal que se abre sobre el Valle Veny)”.
En este camino, como dice Luigi Giussani: “Mientras tu das los pasos debes amar la meta más que los pasos. En los pasos debes amar otra cosa.
El paso no es un pretexto momentáneo, no, porque cuanto más amas la meta, cuanto más amas aquella veta, tanto más recuerdas con amor de cada punta de roca, de cada piedra que debes levantar con la mano cerrada, de cada paso, de cada momento en el que la hierba se cierne sobre el abismo, amas todo, todas las piedras. Amas si y en la medida en que amas la meta”.
PANELES
“La absoluta virginidad del lugar abre un escenario de atractivo misterio, y una vez más siento el encanto de encontrarme en una tierra nueva, sin tiempo, en la que nada cambia pero todo se repite en un ciclo eterno. Aquí no sólo la mirada me satisface, también el espíritu exulta maravillado” Walter Bonatti (El trazado y los apuntes relativos a la “primera” sobre Chandelle de Tacul, realizado por Bonatti con Roberto Gallieni en agosto de 1960)
“Creo que el deseo de los Alpes es también una exigencia de equilibrio, un deseo de encontrarnos a la par entre la altura interna y la altitud externa; este reconocimiento nos da alegría, y permanece en nuestro recuerdo como signo de algo alcanzado, ¿no te parece?”. Clemente Rebora
“El camino siempre es ir al encuentro de algo o de alguien, de otro modo no se entiende la meta y no tendría ningún sentido ponerse en camino, porque no llegarías nunca a ningún lugar”. Mikel Azurmendi
“Así, no es digna del hombre la idea según la cual la comodidad sería el mejor modo de vivir, el bienestar el único contenido de la felicidad. Debe recuperarse de nuevo la idea de que debemos pedirle más a nuestra humanidad, que justamente de esta manera se abre la vía a una felicidad mayor; que ser hombres es como escalar una montaña, con subidas empinadas, pero que únicamente a través de ellas podremos alcanzar la cima y podremos experimentar la belleza del ser”. Papa Benedicto XVI
“También el alpinismo y la gran aventura se resienten de la crisis de valores, porque son actividades del espíritu; son en parte, por tanto, espejo del tiempo que vivimos. El culto a la apariencia, a lo espectacular a cualquier coste, han hecho olvidar que las primeras Columnas de Hércules a atravesar son las que existen en el interior de nosotros mismos. Es ahí donde empieza y acaba cada aventura, es ahí donde debe decidirse si hacer trampas y seguir engañándonos a nosotros mismos o no”. Walter Bonatti (La sintética descripción escrita por Bonatti de su ascensión solitaria al Mont Blanc por la vía Major. A medio día, en la cumbre, se encuentra con su amigo Carlo Mauri que en ese tiempo había subido también él en solitario sobre la Poire. Es el 13 de septiembre de 1959)
PANEL 4 SE LLEGA AL REFUGIO
Tras la ascensión se llega al refugio (o a un vivac), contentos de encontrar un lugar donde se nos acoge. En el refugio, a menudo, hay gente de diversas culturas, lenguas, nacionalidades, pero esto no es obstáculo al diálogo, más bien es ocasión. Este aspecto está unido a la propuesta del Meeting que afirma cómo en el contexto actual, donde azota la guerra y la división, el diálogo es el único camino posible para el cambio.
Quien como nosotros vive la montaña sabe que históricamente las colinas, los valles no han sido en primer lugar “frontera”, sino ocasión de paso, de relación, de trabajo y los refugios ocasión para el encuentro.
¿Cuál es el origen de los refugios actuales? Ser puntos de apoyo para las escaladas alpinas. El primer refugio “oficial” del Club Alpino Italiano fue el Alpetto, construido en 1866 para la ascensión desde el valle del Po al Monviso. En 1852 se había construido el Refugio Teodulo, sobre la homónima cumbre entre Valtournenche y el Vallese, cerca del Plateau Rosa.
Yendo hacia atrás en el tiempo encontramos “refugios” para asistir a viandantes: los hospicios, expresiones de caridad en altura.
Ya en el siglo XI, San Bernardo reunió a sus hermanos en el Paso del Mont-Joux para ayudar a los peregrinos y mercaderes en su travesía por los Alpes entre Italia y Suiza. Así se erigió el Hospicio del Gran San Bernardo, a 2.473m de altitud (en 1923 Pio XI proclamó a San Bernardo patrono de los alpinistas). En 1823 el canónigo Sottile hizo construir el Hospicio que de él tomó nombre: Sottile, como punto de apoyo para aquellos que iban al extranjero a trabajar en el mes de marzo y volvían en noviembre o diciembre. Situado en la cima de Valdobbia puso en comunicación el Valle de Gressoney con Riva Vadobbia en Valsesia.
En el refugio, por la mañana temprano o de noche, hierve la vida. Los alpinistas se preparan para la ascensión llenos de espera y también de preocupaciones. Cuando salen del refugio se unen unos a otros. Cuando se está unido por la cuerda la vida de uno se confía a la del otro. Se sale en cordada, listos para ayudarse mutuamente, para poner al compañero en las mejores condiciones para la ascensión.
“Yo estoy contigo para ayudarte a caminar hacia tu destino; tu estás conmigo para ayudarme a caminar hacia mi destino. Esto genera libertad, capacidad de llevar la grandeza del significado, la infinidad del signo que la relación constituye y los sacrificios necesarios, que ya no se ven como algo sofocante, sino como condición, como condición de esfuerzo, como cuando se camina en la montaña para alcanzar la cumbre”. Luigi Giussani
En este camino Arturo y Oreste Squinobal nos recuerda: “El compañero te da seguridad: entre tú y él está la cuerda, un clavo, un gancho. Si te cae una piedra pequeña como una nuez en la cabeza, te hace perder ese segundo precioso y si no estuviera el compañero que te sujeta, terminarías cayendo, sin poder hacer nada contra la dura objetividad del azar”. Arturo y Oreste Squinobal
¿Qué significa para ti ser la mujer de un alpinista? “Aceptar. Yo sé que él en la montaña era completamente él mismo. Si le quitabas la montaña lo volvías triste, y si amas de verdad a alguien quieres verle feliz. Obviamente tenía miedo cuando se iba de expedición, o cuando decía si esta noche vuelvo, vamos a tomar una pizza. Cada vez que volvía estaba tan contento, tan lleno de belleza. Tenía los ojos llenos de nieve y me decía: te estoy trayendo la nieve. ¿Y qué puedes decirle a uno así? ¿Que no vaya a la montaña? Es verdad que han sido sólo seis años, pero no habría querido ni un solo día diferente. Está bien, estoy destrozada, pero por él estoy contenta”. Pregunta hecha a Erika Siffredi, mujer de Cala Cimenti
PANEL 5 SE AVANZA EN CORDADA
En la cordada se está juntos con la riqueza del propio yo: de este modo, por ejemplo, siendo el segundo, mientras escalas una roca observas al primero que asciende, intentas fijarte en los pasos que da, para luego hacerlos tu a su vez. Pero los das tu, los das tu personalizándolos, sigues, teniendo en cuenta tus características físicas, tus cualidades, tus límites: es un seguir creativo. Nos acompañamos en una experiencia significativa y a menudo nos alternamos en la guía, según sea el trecho a escalar, sosteniéndonos y corrigiéndonos mutuamente. Se exaltan los talentos de uno o de otro según sea el terreno de escalada, la condición física.
Como nos dijo un amigo: “Para mí la experiencia de ser compañeros de cordada, de excursión, hace incluso más fácil una verdadera amistad. Con un compañero de cordada o de excursión aprendes a dar los pasos juntos, a depender de él, a tenerle en cuenta, a conocerle más profundamente, a aceptar sus límites y los tuyos. Es más fácil, más inmediato, quizás más necesario poner en el centro con sinceridad la propia humanidad. Y esto es algo raro y precioso”.
Y mientras se sube en altitud se ve mejor, como nos recuerda Riccardo Cassin: “¡Qué distinto es el mundo: cimas, bosques, rocas, amigos, mirando desde lo alto hacia abajo! Las perspectivas y las formas cambian, y también los juicios”.
El maestro de muchos de nosotros Pino Cheney solía decir: “Creo que en la montaña se está más cerca de Dios. La cuerda es el signo de una relación que te une al otro”. Cuando se alcanza la cima se permanece el tiempo necesario y después hay que bajar poniendo atención.
Como nos enseña Michele Cucchi, la ascensión termina cuando abres la puerta de asa. Bajar es seguir el camino, se lleva la memoria de lo que se ha hecho, reavivada por la vista de los pasos que se han recorrido. Descender no es algo mecánico, es un gesto diferente del de la subida, pero que puede tener el mismo deseo de descubrir algo nuevo.
“El alpinismo es una actividad agotadora. Uno sube, sube, sube cada vez más arriba, y nunca alcanza el destino. Quizás es este el aspecto más fascinante. Se está constantemente a la búsqueda de algo que nunca será alcanzado”. Hermann Buhl
AL FINAL DEL VIAJE
- ¿Por qué la ascensión deseada desde hace tiempo, que nos ha visto comprometidos y cansados, no se concluye cuando se alcanza la cima?
- ¿por qué volvemos a empezar, porqué volvemos a salir siempre?
- ¿qué desvela este anhelo por subir, que continúa más allá de la cima hacia una nueva meta?¿dónde nos lleva?
Traducción de Puy Alonso Martinez